
- Editorial:
- PENGUIN RANDOM HOUSE GRUPO EDITORIAL S.A.
- Materia:
- Literatura
- ISBN:
- 978-612-50-2068-0
- Páginas:
- 360
- Colección:
- LITERATURA
LE DEDICO MI SILENCIO
VARGAS LLOSA, MARIO
Toño Azpilcueta pasa sus días entre su trabajo en un colegio, su familiay su gran pasión, la música criolla, sobre la que lleva investigandodesde su juventud. Un día, una llamada le cambia la vida. Una invitaciónpara ir a escuchar a un guitarrista desconocido, Lalo Molfino, personajedel que nadie sabe demasiado pero de gran talento, parece confirmartodas sus intuiciones: el amor profundo que siente por los valses, marineras, polkas y huainos peruanos tiene una razón más allá del placerde escucharlos (o bailarlos).Tal vez lo que ocurra es que la música criolla sea, en realidad, no sólouna seña de identidad de todo un país y expresión de esa actitud tanperuana de la huachafería («la mayor contribución de Perú a la culturaluniversal», según Toño Azpilcueta), sino algo mucho más importante: unelemento capaz de provocar una revolución social, de derribar prejuiciosy barreras raciales para unir al país entero en un abrazo fraterno ymestizo. En un país fracturado y asolado por la violencia de SenderoLuminoso, la música podría ser aquello que recuerde a todos los queconforman la sociedad que, por encima de cualquier otra cosa, sonhermanos y compatriotas. Y en esto, es posible que el virtuosismo de laguitarra de Lalo Molfino tenga mucho que ver.Toño Azpilcueta decide investigar más sobre Molfino, viajar a su lugarde origen, conocer a este personaje esquivo, saber de su historia, de sufamilia y amores, de cómo llegó a convertirse en un guitarrista tanexcelso. Y se propone también escribir un libro donde contar la historiade la música criolla y desarrollar esa idea que ha inoculado en su menteel descubrimiento de este músico extraordinario. La ficción y el ensayose entremezclan así, de forma magistral, en esta novela en la que elpremio nobel peruano vuelve sobre un tema que le obsesiona desde haceaños: las utopías. Eso es lo que persigue Toño Azpilcueta en últimainstancia: la utopía de generar, a través del arte, una idea de país.